Cumplir 18 años (o 21 en algunos países) marca un hito importante en la vida de los jóvenes: *la edad de la independencia y las oportunidades. *
A medida que los jóvenes se embarcan en su camino hacia la adultez, una herramienta financiera cobra cada vez más relevancia: la tarjeta de crédito.
Aunque las tarjetas de crédito a menudo se han asociado con advertencias, pueden ser activos valiosos cuando se utilizan de manera responsable.
Aquí exploraremos las opciones y beneficios disponibles que tienes al ingresar al mundo de las tarjetas de crédito.
Descubre cómo estas herramientas financieras pueden allanar el camino hacia la independencia financiera, el gasto responsable y el éxito financiero futuro.
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Tarjetas de crédito para jóvenes
Una tarjeta de crédito es una gran oportunidad y responsabilidad para un joven porque debe administrar mejor su dinero para pagar a tiempo y ahorrarse los intereses o las comisiones, pero lo más importante es que puede crear un buen historial crediticio desde edad temprana.
Existen bancos que ofrecen productos financieros especialmente diseñados para estudiantes o personas menores de 25 años que apenas empiezan su vida financiera.
¿Cómo tramitar una tarjeta de crédito para jóvenes?
Como en teoría la mayoría de los jóvenes aún no tienen historial crediticio, los bancos piden otros requisitos para tramitar una tarjeta de crédito para estos usuarios, entre los que están la credencial universitaria, tira de materias, un documento oficial que compruebe que no tienen más de 6 meses de graduado o antigüedad laboral de 6 meses.
Considerando que la mayor parte de este sector no tiene un ingreso formal, algunos bancos consideran a los jóvenes como sujetos de crédito si sus padres y/o tutores figuran como avales.
En otros casos, no es necesario comprobar ingresos mínimos.
¿Cuál es la mejor tarjeta de crédito para jóvenes?
Para jóvenes, estudiantes y recién egresados, las mejores tarjetas de crédito son aquellas que no cobran anualidad y otorgan beneficios para algunas experiencias básicas, como promociones en eventos, descuentos en boletos de avión, hoteles, y recompensas en puntos acumulables por las compras realizadas, entre otros servicios ampliamente usados por jóvenes.
Lo mejor de este tipo de tarjetas es que la edad mínima para solicitarlas es de 18 años, además muchas ofrecen seguros adicionales (por fraude, por fallecimiento y de viajes).
Pros y contras de las tarjetas de crédito para jóvenes
Gracias a una tarjeta de crédito, los jóvenes pueden iniciar su historial crediticio desde muy temprana edad, lo que les beneficia cuando quieren adquirir productos mejores o más crédito, por ejemplo para comprar un auto o una casa.
Además, si los jóvenes usan su propia tarjeta de crédito, no dependen de sus padres para administrar sus gastos, así, aunque dispongan de poco límite de crédito, obtienen mayor libertad sobre sus gastos sin tener que rendirle cuentas a los padres.
Los beneficios de estas tarjetas incluyen descuentos en lugares de entretenimiento y puntos de recompensa por compras en algunos comercios.
Una de las desventajas de algunas de estas tarjetas es que los beneficios expiran cuando los usuarios terminan sus estudios o cumplen una edad determinada. (1)
Tipos de tarjetas para jóvenes
Dentro de la oferta de cuentas para jóvenes, las tarjetas que se vinculan suelen ser las tarjetas de débito o prepago para los más pequeños.
Aún así, siempre se pueden elegir tarjetas que no vayan unidas a este tipo de cuentas cuando se superen los 18 años. Solo entonces será posible contratar tarjetas de crédito.
Las tarjetas de débito son las más corrientes y las que se suelen vincular a las cuentas bancarias para jóvenes.
Las tarjetas prepago o monedero son recomendables para los más pequeños, ya que los padres, pueden cargarlas con la cantidad de dinero que quieran y no podrán gastarse ni un euro más. La oferta para este tipo de tarjetas suele ir dirigida a los menores de edad.
El acceso a tarjetas de crédito implica una determinada edad, generalmente más de 18 años porque implican tener unos ingresos anuales para poder optar a la financiación de la entidad. Aunque no hay tarjetas de este tipo específicamente para jóvenes, podrán acceder a ellas como el resto de clientes. (2)
En conclusión, obtener una tarjeta de crédito a la edad de 18 años (o 21 en algunos países) puede ser un paso importante hacia la independencia financiera y el éxito en la gestión de las finanzas personales.
Si se utiliza de manera responsable y se aprovechan los beneficios adecuados, una tarjeta de crédito puede ser una herramienta valiosa para establecer historial crediticio, aprender a gestionar el crédito y adquirir habilidades financieras cruciales.
Sin embargo, es fundamental recordar la importancia de la responsabilidad financiera y el gasto responsable para evitar deudas innecesarias.
Con una sólida educación financiera y una actitud responsable, los jóvenes adultos pueden aprovechar al máximo las ventajas de tener una tarjeta de crédito y sentar las bases de una vida financiera exitosa.
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